miércoles, 5 de mayo de 2010

DESTELLO

4am. El lugar estaba casi vacío. De sus paredes se desprendía un sacro misterio. A mi lado, un espejo rojo sangre cargado de insanía. Sumergí mis ojos en la lejana oscuridad, ví la música flotando a través del humo en el ambiente, y caí presa de místicas lagrimas. Cárdenas luces posaron su tibieza sobre mi cuerpo deviniendo en un tétrico frenesí. Entonces, una lánguida sombra se transformó en un resplandor maldito encandilando mi mundo con su belleza. Y comencé a hundirme, perdido en un dédalo de frecuencias indómitas, portando un estigma, buscando un silencio.

martes, 4 de mayo de 2010

LLUVIA

Ciudad pintada por gotas de lluvia. Mis manos acarician las nubes de una tarde oscura. Tu imagen inunda mis ojos flotantes cambiando las formas, destinos, sentidos...
Y vuelvo a llorar, pensando en el agua encerrada en el aire.
Repentinamente, el cielo se mueve y todo se derrumba.
Palabras contra el viento. Un rostro en el cristal.
Y el sol, reflejándose en vos, diluye los versos.

FANTASMA

Quietud. Reina el silencio. Saber sin fin frente a mis ojos.
Hay algo amargo en el aire, y yo, perdiéndome otra vez en tu alma.
Quién sabe donde estarás hoy... pero se siente en el ambiente tu suave perfume...
Intensamente...
GIRO HONDO

El aire que agita las hojas nada en silencio como la soledad, envolviendo mi alma con el suave crujir de los pétalos de una orquídea que bañada en sangre se desliza tristemente hacia el ocaso de su vida.
Como cuervos hambrientos bailando una danza de muerte, nubes de fuego desgarran mi cuerpo vacío.
En esta oscuridad, busco algo que ilumine este silencio...

lunes, 3 de mayo de 2010

PAREDES GRISES

El silencio huele a olvido y melancolía. Las sombras derraman lágrimas al saber que ya no estas. El aire se torna denso y en mis ojos destellan luces.
Tu fantasma me desvela y el eco de tu risa aun flota en el ambiente. Quisiera volver a sentir tus suspiros argentinos, rompiendo la quietud entre suaves melodías.
Pero tu reino ya no es hoy sino la eternidad. Ya tu cuerpo no suspira, y tu alma solo habita en mi memoria.
UNA MIRADA EN LA OSCURIDAD

Soy esa luz que incendia el horizonte.
La flor azul en el silencio de la noche.
Soy ese ojo ácido del tiempo.
Soy el cadáver con sabor a fuego.
Soy oscuridad entre olores fríos.
Transformación en estado vegetal.
Soy maldición ávido de sangre.
Alucinación de un ser repugnante.
Soy el susurro del viento que se agita.
Soy un cuerpo que vive en agonía.
Soy la mujer que vaga en las tinieblas.
Soy el veneno que corre por sus venas.
Soy la muerte. La sombra del pasado.
Ese grito atroz que invade tus sueños.


SINFONÍA EN EL VACÍO

Maquinaria en movimiento. Estimulan el espacio burbujas de sonido. Parece inmenso, infinito, el aire comprimido en un punto de energía.
Amanece oscuridad, caos de estrellas en el reloj, fría asonancia de instrumentos cósmicos.
La nave flota. Volátil polvo acoplando en destellos. Luz viajante nómade. Cometa austral en plena asunción.
Marco estelar, galaxia pura, trazando surcos en el vacío metal.
Místicas melodías, sacros planetas, avanzan al futuro sin cesar... y se pierden en silencio.


DESPUÉS DEL AMOR

Sus cuerpos bailan perdidos en el tiempo y un suave rayo rojo pinta en sus ojos la muerte. Trata de salvarla pero es inútil, su amor viste de negro.
Un beso helado y un corazón que arde entre llamas de engaño. Un espejo de luces y el vestido rosa que aun yace sobre su cama. Gotas de alma se deslizan por las mejillas de un niño que se entrega confundido en un mar de palabras, mientras el océano regresa sus recuerdos una y otra vez. Tal vez ese sea el karma de su corazón que aun llora por flores marchitas.
Líneas de olvido se posan sobre el cristal, pero no hay respuesta, la marea bajó y sobre el camino de regreso comienza a rodar la máquina. Y mientras el cielo cae sobre ella, callan las flores, las estrellas buscan fuego en su interior, el sol vuelve a ser luna y se encoge cada vez mas. Desaparece. El tiempo se detiene.
El miedo fluye por sus venas como un torrente de recuerdos que se transforman en palabras de radio, o en sonidos, cuando el láser atraviesa el frío metal musical. Las huellas indelebles que ha dejado sobre el vidrio mojado estremecen su espíritu con cada sentir aproximado al ayer. Ve zombies caminando lánguidamente por las paredes buscando tierra para morir. Manos transparentes que se mezclan en sueños de confusas sombras y letras de agua, mostrando como siempre es el fin.
Despierta sobre ojos mudos y en su cabeza la realidad se ve distinta, como si las imágenes rebotaran contra espejos cónicos buscando el modo de acabar con el perfume que aun permanece en sus sábanas esperando por ella.

sábado, 1 de mayo de 2010

FINAL

Estoy perdiendo otra vez la distancia. Siento que el viento perfora mis ojos. Descubro que hay aire bajo mis pies. Despierto, y veo que hay sangre en mis manos otra vez.
Aun puedo ver brillar sus ojos rojos en medio de la niebla, aun puedo oír su grito ahogado buscando sonrisas bajo la lluvia.
Recuerdo descender hasta el camino y ver un blanco anochecer. Nubes que sangran en su ausencia. Ser el final. Y desaparecer.

miércoles, 28 de abril de 2010

MÁTAME

Dispárame. Tengo los brazos en cruz esperando que llueva. Estoy de espaldas, todo es más fácil, no puedo verte. Y al caer, posa una flor sobre mi, y deja que el agua lave la herida. Entonces descansa. Acaricia mi cuerpo. Sufre por él y vuelve a besarme. Levántate. Suelta el arco y lanza otra flecha. Acabemos. Bebe mi sangre. Mátame y llora.

CORAZÓN FLOR

Olor a lluvia en la tarde de domingo. El cuerpo iluminado por la luz que débilmente se filtra por la persiana a medio abrir. Se encuentra sumergido en una ácida nebulosa que impregna su piel con dolores fríos, como un rayo que inyecta un haz de furia en sus entrañas hastiadas del asfixiante silencio que lo rodea.
La voz en el tubo, mágico recuerdo, está ausente hoy.
Un temblor comienza a emerger desde lo más profundo. El terror crece dentro de éste náufrago perdido en medio de un océano de melancolía.
Los discos vuelan en bandadas plateadas, mutando en sonidos vagos.
El reloj avanza inexorablemente. Nada cambia y su sueño es eterno. Lo desespera el encierro en esta cárcel de tiempo.
Se incorpora y sale al balcón. Algo le da náuseas, pero sabe que esta vez es él el que odia.
La blancura de su piel lo encandila, por eso se cubre con ropas oscuras y sale a nadar en el mar de gente que circula por las calles.
Nada lo distrae, ni siquiera las mujeres que pasan a su lado y lo miran ansiosas. Sigue oculto en su mundo, sumergido en su niebla, enterrado dentro de sí mismo. No puede salir, no puede encontrar la puerta de su propio laberinto. Recorre sin rumbo el parque espacial, bordea el lago, toca el fondo con sus ojos, y deja caer, una a una, mil rosas envueltas en palabras con sabor a ayer. Dispara al aire un diamante líquido empapado en una mezcla de ira, desesperanza, melancolía, amor y desahogo.
Cae la noche sobre su cabeza. El neón destila sabores amargos. Decide volver a casa. Atraviesa la ciudad como un fantasma urbano, dejándose llevar por la inercia de sus negras alas.
Al llegar, se interna en el baño para lavar las heridas de los suspiros.
Al cabo de una hora, vuelve a ver la superficie. Sus manos gastadas por el recuerdo. Su cuerpo libre, al menos por unos instantes, de la pesadez soporífera que lo castiga a diario. Enciende un cigarrillo y elige escuchar "passion of lovers". Un arrebato de inspiración llega como una ráfaga de viento. Se entrega a él. Recoge un lápiz del piso y comienza a escribir en las paredes signos que lo reflejan frágilmente como sutiles láminas de mercurio.
Se observa. De sus manos comienzan a emerger pequeños tallos que devienen en afiladas espinas. Sus piernas se transforman en tallos mas fuertes, gruesos y firmes, y con agujas igualmente afiladas como las de las manos. De sus pies, salen finísimos hilos que se aferran al piso de madera como raíces. En un acto de descreimiento y desesperación, desgarra su rostro con las espuelas de sus miembros.
Inesperadamente, comienza a sonar el teléfono. No puede alcanzarlo. Lo invaden el terror y la locura. Al mismo tiempo, tras la máscara de piel y pelos, cobran vida aterciopelados pétalos que buscan la luz hambrientos de energía.
Cae, aturdido en medio de una nube de humo y sonidos.
El desconcierto y la histeria, los recuerdos y la tristeza, lo conducen en el vacío. Se deja vencer.
Mientras, el tubo sigue sonando. En un rapto de valor intenta llegar hasta él a pesar de que agoniza, pero es demasiado tarde, ha empezado a marchitarse...