martes, 4 de mayo de 2010

GIRO HONDO

El aire que agita las hojas nada en silencio como la soledad, envolviendo mi alma con el suave crujir de los pétalos de una orquídea que bañada en sangre se desliza tristemente hacia el ocaso de su vida.
Como cuervos hambrientos bailando una danza de muerte, nubes de fuego desgarran mi cuerpo vacío.
En esta oscuridad, busco algo que ilumine este silencio...

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